"Camino a la reconciliación"

Leidy Gualaco, de 16 años, escribió este artículo como parte de los talleres en comunicación trabajados en el proyecto Mi Municipio. Leidy es una estudiante de la Institución Educativa Los Centauros, en Vista Hermosa, Meta, el municipio con más víctimas de minas antipersonal en Colombia.

Actualmente en nuestra comunidad está muy presente el tema de la paz y una de las discusiones más grandes es lo que va pasar después de eso. Nuestra atención está centrada en las zonas de concentración (Zonas Veredales Transitorias de Normalización) donde se encuentran ya instalados la gran mayoría de guerrilleros de las FARC desmovilizados.

Son muchas las opiniones que están en disputa, muchas de ellas influenciadas por rumores, como la remuneración que será dada a ellos, o si en realidad allí en esas zonas de concentración se estará haciendo lo que se dice. Otras opiniones son influenciadas por las vivencias de las víctimas del conflicto que han perdido familiares, o de los cuales hasta ahora no saben nada. Ya cansados de esto, las víctimas simplemente quieren cambiar, superar ese pasado de dolor y partir para un futuro mucho mejor, donde puedan llegar a saber sobre sus familiares, ya que el grupo al margen de la ley (las FARC) prometió brindar informaciones.

En las zonas de concentración también se encuentran diversas opiniones de los desmovilizados. Una de ellas es la de Luis (nombre ficticio), quien actualmente tiene 37 años. A sus 17 años, por diversas razones, una de las más importantes: la falta de oportunidades para esa época, Luis decidió unirse a este grupo al margen de la ley, al cual sirvió por 20 años.

Ya cansado de ver a sus compañeros muertos en combate y de estar lejos de sus familiares, ve como una gran oportunidad el proceso de paz para volver a convivir con la sociedad, para llevar una vida más tranquila y, lo más importante, para estar cerca de su familia. Sin embargo, otros desmovilizados no opinan lo mismo que Luis, ya que todas sus vidas han permanecido en la guerra y, ya acostumbrados a eso, no ven la transición de buena manera.

Regreso al pasado

Como testimonio de una víctima tenemos el de Don Alfonso (nombre ficticio) campesino que fue desplazado en el 2007, por dos principales razones: la primera fue el proceso que se llevaba para la erradicación de la coca, ya que en ese tiempo los campesinos se sostenían de ese cultivo, y la segunda y más importante, que ponía en riesgo su vida y la de su esposa, fue un mal entendido con personas de las FARC. Amenazados de muerte, tuvieron que huir.

Actualmente Don Alfonso habita la zona urbana de Vista Hermosa y vive del cultivo del plátano. Cuenta que ve como una gran oportunidad el proceso de paz ya que gracias a eso ya ha podido visitar ocasionalmente la vereda de la cual fue sacado a la fuerza. Se siente feliz y mucho más tranquilo porque su municipio se ve con otra cara. Con respecto a lo que viene después de ese proceso de paz dice que no tiene problema en convivir con los desmovilizados, que todos tenemos una segunda oportunidad con la vida y que porque no dar esa oportunidad también a esas personas que quieren cambiar.

Estas dos historias, como muchas otras, demuestran que siempre hay un camino en el cual podemos encontrar la salida a todo ese pasado de dolor. Ese camino es el perdón que nos llevará a mejorar nuestra vida y a encontrar una paz verdadera.

Personalmente, lo que me motiva a escribir este artículo es poder decir que sí podemos encontrar en las FARC, como en las víctimas, a personas que tienen algo en común, que es pensar que lo mejor sí es la paz no solo para ellos y Vista Hermosa sino también para que toda Colombia pueda llegar a ser un mejor país.

*Para conocer más del proyecto Mi Municipio lea el artículo 'Vista Hermosa desde sus ojos' o escuche este podcast de Rutas del Conflicto Radio.

Actualizado el: Jue, 10/03/2019 - 01:06